Cada centro de enseñanza puede establecer pautas que sirvan de guía para realizar sus horarios. No siempre se expresan formalmente, pero es frecuente que exista algún documento en el que se describen las directivas que deban seguirse, de acuerdo con los objetivos del centro. En otros casos será la dirección o la jefatura de estudios quienes los establezcan durante su elaboración.
Algunos de estos criterios acerca de las sesiones lectivas podrían ser:
- Evitar que todas las sesiones semanales de una determinada asignatura coincidan:
- A las primeras horas, a las últimas o después del recreo.
- En días consecutivos.
- A la misma hora del día.
- Evitar cambios de aula a los alumnos o los profesores, o seguir determinadas preferencias para la asignación de aulas, talleres, gimnasios, etc.
- Procurar que determinadas asignaturas se impartan a las primeras horas o, por el contrario, que otras sean más adecuadas para impartirse a las últimas. Es decir, establecer qué asignaturas se impartirán en determinadas franjas horarias.
- Evitar que una asignatura acabe un día a última hora y empiece al día siguiente a primera hora.
Otros criterios pedagógicos atribuibles al horario del profesorado serían:
- Equilibrar la carga lectiva o la ocupación diaria.
- Evitar más de un determinado número de horas de clase seguidas, la ocupación antes o después de las guardias de recreo, etc. con el fin de disponer de intervalos de descanso.
- Procurar que los horarios al profesorado sean compactos, etc.
Tanto si existen estas directivas formalizadas como si no existen, se hace necesario reflexionar sobre su necesidad y el peso que se las otorgue en cada centro en particular. Una vez que sabemos lo que buscamos y en qué medida, deberíamos ser capaces de encontrar, en la práctica, un horario que satisfaga un compromiso óptimo, que cumpliendo los requisitos académicos observe en lo posible los criterios pedagógicos.
La cuestión por lo tanto es, ¿pueden modelarse los criterios pedagógicos que se busquen con el fin de que se ajusten de forma óptima al horario académico necesario, en la medida de los posible?
La respuesta es que sí. Con GHC cada centro de enseñanza podrá modelar sus propios criterios pedagógicos, otorgándoles un peso y ajustando preferencias flexibles sobre los distintos elementos que conforman el horario. Las soluciones que aportará el motor de GHC resultarán ser una solución óptima según los criterios y preferencias que se establezcan en cada caso.
Para conseguir los mejores resultados es necesario procurar suficiente flexibilidad en las posibles soluciones. Si se prodigan condiciones estrictas, estas pueden dificultar la observación de los criterios al optimizar el resultado. Por ejemplo, si un criterio pedagógico determina que unos grupos de alumnos deben cursar preferiblemente Educación Física a última hora de la jornada, pero por otra parte, o bien el gimnasio o los profesores que la imparten tienen esas horas prohibidas en el programa, el criterio pedagógico resultará imposible de satisfacer.
Por este motivo, se hace necesario en primer lugar, determinar las condiciones estrictas que se impondrán a las soluciones. Como premisa podemos indicar que no se deben imponer más condiciones estrictas que aquellas que resulten realmente justificadas, so pena de restringir la necesaria flexibilidad para observar los criterios pedagógicos. Es importante permitir que el proceso de optimización pueda conseguir la mejor solución.
Resumiendo, podemos afirmar que GHC observará los criterios pedagógicos que en cada centro de enseñanza se ponderen y lo hará de forma óptima, aprovechando la flexibilidad que exista en las soluciones. Para encontrar los mejores horarios es preferible aprovechar esta capacidad, evitando imponer más condiciones estrictas que aquellas que sean realmente necesarias.